Esta semana hemos podido compartir un buen rato por las aulas con el Hermano Paulius, franciscano de Lituania que transmite un testimonio precioso de alegría. Es la felicidad de quien se siente profundamente amado por Dios.
Con su música y sus hermosas palabras, nos ha conectado con la fe y la cultura de un país donde la religión estuvo prohibida durante décadas y que en estos nuevos tiempos renace con fuerza.
El domingo podréis todos conocerlo en la misa parroquial de las 12:00 h. Valdrá la pena. Os dejamos una de sus canciones...
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