Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
EI principito, Antoine de Sant-Exupery
Aquí estamos, con nuestras mejores galas, aunque a alguno le cuesta reconocerlo, no por nada, pero llevamos, los que más, 13 años viéndonos con la misma ropa todos los días. Y como es de esperar, no no damos cuenta de que el mejor traje de gala que llevamos puesto, que lo hemos estado confeccionando durante estos años con ayuda de nuestros mejores sastres, profesores y familia, es la educación, que nos va a acompañar no hoy sino siempre. Ya lo dijo Miguel Rojas Sánchez, "la educación es el mejor traje para participar de la fiesta de la vida".
Miembros del Equipo Directivo, profesores, familias y amigos: buenas tardes y bienvenidos. Gracias por estar aquí acompañándonos en este día tan importante para todos nosotros. Somos Sabela e Inés y tenemos el placer de leer el discurso en representación de todos nuestros compañeros.
Hoy nos separamos de la que ha sido nuestra casa durante los últimos 13 años. Dejamos atrás esta bonita e importante etapa de nuestras vidas. Nos despedimos de nuestros años en este colegio; para unos más, para otros menos, pero un familiar no es menos de la familia por llevar menos tiempo en ella. Más de una década se queda grabada en estas paredes, espacios llenos de momentos y sensaciones, incluyendo alguna de nuestras primeras risas, llantos o temores. Este momento marcará un antes y un después en nuestras vida, el paso de la infancia a la madurez.
En primer lugar, dar las gracias a nuestras familias, las personas que nos han visto crecer, que nos han apoyado y han creído en nosotros cuando nadie más lo hacía. Damos gracias también a los miembros del Equipo Directivo, gracias por habernos cuidado y arropado todos estos años en el colegio. Gracias a los profesores, nuestros padres de en la enseñanza, no solo por habernos formado académicamente, sino por enseñarnos valores que nos han ayudado a convertirnos en las personas que somos hoy. Y gracias a los compañeros: habéis hecho cada día y momento especial para todos.
Lo cierto es que llegamos siendo unos niños y ya no lo somos tanto. Parece que fue ayer cuando entrábamos por la puerta de la clase de 3 años diciendo "Buenos días, Bea" con una inmensa sonrisa en la cara, listos para cuidar nuestros gusanos de seda. Allí nos enseñaron las letras ya abrocharnos el mandilón.
Después llegó nuestro salto a primaria. Entre sumas, multiplicaciones y verbos fuimos creciendo. Todavía recordamos nuestra ilusión por ir al parque y jugar con las lombrices después de clase. O todas las excursiones a la granja.
Por último, llegamos a secundaria donde realmente nos hemos transformado en lo que somos ahora. En esta etapa hemos aprendido, reído, nos hemos enfadado y llorado pero, sobre todo, hemos disfrutado y creado momentos que quedarán grabados en nuestras memorias. Que aunque el tiempo sea efímero, los recuerdos serán eternos. Cómo olvidar los viajes: Manzaneda, Asturias o Londres, las excursiones o las riñas que hemos vivido estos 4 años, cada cual más especial. Son múltiples estas anécdotas que recordamos en común, son muchos los momentos vividos, demasiadas cosas aprendidas y muchas lecciones de vida.
Hay días que deseamos volver atrás, no para cambiar nada, sino para sentir de nuevo todo. Este lugar para nosotros ha sido nuestro segundo hogar. Con los años, compañeros y profesores hemos formado una gran familia. Siempre recordaremos a los compañeros que han seguido otros caminos, porque para nosotros siempre seguirán formando parte de esto.
Al pensar en qué será lo que más echemos de menos, creemos que será la confianza de estar en un lugar donde nos sentimos queridos. La vida es como un libro que escribimos nosotros mismos. El curso que viene empezaremos un nuevo capítulo y, a pesar de que no sepamos lo que nos deparará el futuro, sabemos con certeza que de este capitulo nos llevamos todo de esta familia.
Aunque este curso haya sido tan poco convencional, seguiremos estando completamente agradecidos a todos y cada una de vosotros.
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